martes, 26 de febrero de 2013

El Acorazado Bismarck. 1a. parte.


Historias de la segunda guerra mundial.
El Acorazado Bismarck parte 1.
En la historia de la navegación marítima, siempre sobrevivirá la leyenda del “Bismarck”, potente acorazado Alemán que surco los mares en la 2ª. Guerra mundial.
Construido en los astilleros de Blohm & Voss, fue botado el 14 de febrero de 1939 y entregado en 1941, nombrado así en honor al Canciller Otto Fürst von Bismarck, artífice de la unificación de Alemania en el siglo XIX. Este no era cualquier barco, limitados por los tratados de Versalles, en los cuales especificaba que no podía la Kriegsmarine (marina de guerra alemana), construir barcos superiores a 35 mil toneladas; en un riguroso secreto muy bien guardado, fue construido a la par de su hermano gemelo, el “Tirpitz”.
El Bismarck supero las 53 mil toneladas de peso (totalmente cargado) con una eslora de 251 mts., en lo exterior tal vez podía dar la impresión de ser muy parecido a sus rivales ingleses, pero en la línea de flotación y en las torretas tenía un blindaje de 320 mm de grosor del mejor acero de la época, ni siquiera los proyectiles más grandes  de un cañón de 410 mm de diámetro podían perforarlo, rebotaban en ese grueso blindaje, su mejor característica eran los compartimientos estancos en la obra viva, también contaba con blindaje antisubmarino y de cubierta, eslora protegida al 70%, propulsión de 12 calderas en conjunto le daban 150,000 caballos de fuerza, una velocidad de 30 nudos, sistema electrónico que lo hacía inmune a minas magnéticas, radares y 4 hidroaviones Arado de reconocimiento. La marina inglesa (Royal Navy) nunca pudo proveer a sus unidades de todas estas características en conjunto del Bismarck, por el peso brutal de blindaje y compartimientos estancos que estos infringían a la nave y como en Alemania  la Kriegsmarine pasaba la mayor parte del tiempo anclada en puerto, no tenía las mismas necesidades que la Royal Navy que casi todo el tiempo estaba hecha a la mar, vigilantes de su amplio imperio.  
Con 8 cañones principales los cuales solamente pesaban la friolera de 100 toneladas cada uno (la torreta entera de dos cañones superaba las mil toneladas de peso cada una, 4 en total), podían escupir proyectiles a cualquier barco que se viera en el horizonte, con los mejores aditamentos, telémetros de los más avanzados, podía dar en el blanco en tres o cuatro disparos de salvas ajustando cada vez la puntería, proyectiles de 380 mm. de diámetro y un peso superior a 800 kg., no solo podían hundir a cualquier barco sino que podía enfrentarse al mismo tiempo a varios acorazados enemigos y el solo en un buen cuarto de hora podía hundir todo un convoy de barcos mercantes. Su armamento secundario de doce cañones de 150 mm. Y 16 de 105 mm. era similar al armamento principal de varios barcos de guerra de ese entonces.
Construido para dar batalla en el océano Atlántico, principalmente a la marina inglesa que era la más poderosa del mundo, sale del canal de Kiev hacia los fiordos de Noruega el 15 de septiembre de 1940, haciendo pruebas de armamento y ajustes, al final de estas es entregado al Almirante  Lütjens, furibundo Nazi que arengaba a sus 2,065 tripulantes más supernumerarios (porque se suponía que capturarían barcos enemigos y necesitarían hacerse del control de las naves), con el mito de que viajaban en un barco anunciado como in hundible  en la tripulación algunos marinos recelosos sabían que esto no era verdad, que cualquier barco podía hundirse, sin embargo la mayoría eran jóvenes cadetes recién alistados.
Salieron con la orden de llevar a cabo la operación en código Rheinübung,  la de ralentizar y de ser posible terminar con todas las operaciones de los barcos mercantes que iban y venían de América hacia Inglaterra con provisiones y armamento. Casi desde su salida, el 20 de mayo  de 1941 el Bismarck y el Prinz Eugen son avistados por el crucero sueco Gotland en el Kattegat, estrecho situado entre Jutlandia y la costa oeste sueca. De inmediato en la Royal Navy se da la orden a la fuerza de intercepción,  de localizarlo, entrar en combate para deshabilitarlo y de ser posible hundirlo. Esta fuerza estaba compuesta principalmente por el barco insignia, el HMS Hood, el crucero ingles campeón orgullo de la marina británica acompañado del crucero HMS Prince of Wales.
En la batalla del estrecho de Dinamarca, el 24 de mayo de 1941, el HMS Hood se bate contra el Bismarck, con tan mala suerte que es hundido después de unos intercambios de andanadas, es alcanzado por un proyectil que atina precisamente en el polvorín del barco (donde se almacenaban 120 toneladas de cordita), lo cual le provoca una explosión que parte de inmediato el barco en dos levantándolo  varios metros y en unos 8 minutos se va al fondo del mar con sus 1,421 tripulantes, solo encontrarían a tres sobrevivientes. En el combate también sale maltrecho el HMS Prince of Wales, retirándose del combate con una cortina de humo no sin antes mandar una serie de andanadas. El Bismarck en el fragor de la batalla es alcanzado por varios proyectiles con daños controlables, uno de tantos atraviesa de lado a lado en donde el blindaje era más ligero y en donde estaban los compartimientos de combustible, causando perdida del mismo y contaminación por agua de mar, así como la entrada de 2 mil toneladas de la misma, haciendo escorar la nave en 9 grados a babor y 3 grados en popa,  resultaría en que iban dejando un rastro de una mancha iridiscente conforme avanzaban, lo cual era extremadamente peligroso porque podían seguirles el rastro, además tuvieron que reducir su velocidad a 28 nudos.
En Inglaterra llega la noticia del hundimiento del HMS Hood, desatándose la furia en todo el país, el primer ministro Winston Churchill da la orden “Hundid al Bismarck a cualquier precio” y se desata una cacería descomunal, los ingleses teniendo la marina más grande del mundo, envían todo lo que tienen a su disposición; salen 13 cruceros, 6 acorazados, 2 portaaviones  numerosos destructores, submarinos y aviones de vigilancia a buscar al Bismarck ya para entonces maniobrando el solo en el Atlántico tratando de despistar a dos cruceros el Suffolk y el Norfolk que les seguían el rastro por radar a buena distancia de sus peligrosos cañones, tratando de escabullirse al puerto frances de Saint-Nazarie para las reparaciones de los daños infligidos y poderse resguardarse bajo las alas protectoras de la Aviación alemana, la Luftwaffe.
Llegaban a la tripulación del Bismarck incesantes rumores, que habían mandado submarinos a resguardarlos, que la Luftwaffe estaba pronta a protegerlos en cuanto se acercaran a sus límites de acción, sin embargo con los ojos acuciosos no dejaban de escudriñar el horizonte en busca de barcos enemigos, viviendo la ansiedad y zozobra de aquellos que se saben perseguidos.

Continuará...

TebySS

6 comentarios:

  1. Como te dije, me gustó que hablaras sobre esa maravilla del ingenio germánico, una barbaridad andante en los mares, con su respectivo equivalente del siglo XIX de las embarcaciones del imperio inglés (cuando estaba en su máximo esplendor), que se decía estaban hechas con bosques enteros.

    Aunque sé cómo termina la historia espero leer en tu estilo el desenlace.

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  2. Con tu comentario me vino a la mente inmediatamente la batalla de Trafalgar, luego comentamos sobre esta.
    Saludos Milo.

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  3. Buenisimo Teby, y gracias a que Hitler enloquece, sino, hablaríamos mas alemán que ingles,,,Sin el Genio e ingenio Alemán y las guerras lamentablemente, no tendríamos minimo la propulsión a chorro,,y uuuuuuuu, que seguramente nos redescubrirás,,,Espero la 2da parte,,,,

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    1. Gracias Enrique, el martes que viene sale la 2a. parte,
      saludos.

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