Historias de la segunda guerra mundial.
El Acorazado Bismarck parte 1.
En la historia de la navegación marítima, siempre
sobrevivirá la leyenda del “Bismarck”, potente acorazado Alemán que surco los
mares en la 2ª. Guerra mundial.
Construido en los astilleros de Blohm & Voss, fue botado
el 14 de febrero de 1939 y entregado en 1941, nombrado así en honor al
Canciller Otto Fürst von Bismarck, artífice de la unificación de Alemania en el
siglo XIX. Este no era cualquier barco, limitados por los tratados de Versalles,
en los cuales especificaba que no podía la Kriegsmarine (marina de guerra
alemana), construir barcos superiores a 35 mil toneladas; en un riguroso
secreto muy bien guardado, fue construido a la par de su hermano gemelo, el
“Tirpitz”.
El Bismarck supero las 53 mil toneladas de peso (totalmente
cargado) con una eslora de 251 mts., en lo exterior tal vez podía dar la
impresión de ser muy parecido a sus rivales ingleses, pero en la línea de
flotación y en las torretas tenía un blindaje de 320 mm de grosor del mejor
acero de la época, ni siquiera los proyectiles más grandes de un cañón de 410 mm de diámetro podían
perforarlo, rebotaban en ese grueso blindaje, su mejor característica eran los compartimientos
estancos en la obra viva, también contaba con blindaje antisubmarino y de
cubierta, eslora protegida al 70%, propulsión de 12 calderas en conjunto le
daban 150,000 caballos de fuerza, una velocidad de 30 nudos, sistema
electrónico que lo hacía inmune a minas magnéticas, radares y 4 hidroaviones
Arado de reconocimiento. La marina inglesa (Royal Navy) nunca pudo proveer a
sus unidades de todas estas características en conjunto del Bismarck, por el
peso brutal de blindaje y compartimientos estancos que estos infringían a la
nave y como en Alemania la Kriegsmarine pasaba
la mayor parte del tiempo anclada en puerto, no tenía las mismas necesidades
que la Royal Navy que casi todo el tiempo estaba hecha a la mar, vigilantes de
su amplio imperio.
Con 8 cañones principales los cuales solamente pesaban la
friolera de 100 toneladas cada uno (la torreta entera de dos cañones superaba las
mil toneladas de peso cada una, 4 en total), podían escupir proyectiles a cualquier
barco que se viera en el horizonte, con los mejores aditamentos, telémetros de los
más avanzados, podía dar en el blanco en tres o cuatro disparos de salvas
ajustando cada vez la puntería, proyectiles de 380 mm. de diámetro y un peso
superior a 800 kg., no solo podían hundir a cualquier barco sino que podía
enfrentarse al mismo tiempo a varios acorazados enemigos y el solo en un buen
cuarto de hora podía hundir todo un convoy de barcos mercantes. Su armamento
secundario de doce cañones de 150 mm. Y 16 de 105 mm. era similar al armamento principal
de varios barcos de guerra de ese entonces.
Construido para dar batalla en el océano Atlántico,
principalmente a la marina inglesa que era la más poderosa del mundo, sale del
canal de Kiev hacia los fiordos de Noruega el 15 de septiembre de 1940, haciendo
pruebas de armamento y ajustes, al final de estas es entregado al Almirante Lütjens, furibundo Nazi que arengaba a sus
2,065 tripulantes más supernumerarios (porque se suponía que capturarían barcos
enemigos y necesitarían hacerse del control de las naves), con el mito de que
viajaban en un barco anunciado como in hundible en la tripulación algunos
marinos recelosos sabían que esto no era verdad, que cualquier barco podía
hundirse, sin embargo la mayoría eran jóvenes cadetes recién alistados.
Salieron con la orden de llevar a cabo la operación en código
Rheinübung, la de ralentizar y de ser
posible terminar con todas las operaciones de los barcos mercantes que iban y venían de América hacia Inglaterra con provisiones y armamento. Casi desde su
salida, el 20 de mayo de 1941 el
Bismarck y el Prinz Eugen son avistados por el crucero sueco Gotland en el
Kattegat, estrecho situado entre Jutlandia y la costa oeste sueca. De inmediato
en la Royal Navy se da la orden a la fuerza de intercepción, de localizarlo, entrar en combate para deshabilitarlo y de ser posible hundirlo. Esta fuerza estaba compuesta
principalmente por el barco insignia, el HMS Hood, el crucero ingles campeón
orgullo de la marina británica acompañado del crucero HMS Prince of Wales.
En la batalla del estrecho de Dinamarca, el 24 de mayo de
1941, el HMS Hood se bate contra el Bismarck, con tan mala suerte que es
hundido después de unos intercambios de andanadas, es alcanzado por un
proyectil que atina precisamente en el polvorín del barco (donde se almacenaban
120 toneladas de cordita), lo cual le provoca una explosión que parte de
inmediato el barco en dos levantándolo
varios metros y en unos 8 minutos se va al fondo del mar con sus 1,421
tripulantes, solo encontrarían a tres sobrevivientes. En el combate también sale maltrecho el HMS Prince of Wales, retirándose del combate con una cortina
de humo no sin antes mandar una serie de andanadas. El Bismarck en el fragor de
la batalla es alcanzado por varios proyectiles con daños controlables, uno de
tantos atraviesa de lado a lado en donde el blindaje era más ligero y en donde
estaban los compartimientos de combustible, causando perdida del mismo y
contaminación por agua de mar, así como la entrada de 2 mil toneladas de la
misma, haciendo escorar la nave en 9 grados a babor y 3 grados en popa, resultaría en que iban dejando un rastro de
una mancha iridiscente conforme avanzaban, lo cual era extremadamente peligroso
porque podían seguirles el rastro, además tuvieron que reducir su velocidad a
28 nudos.
En Inglaterra llega la noticia del hundimiento del HMS Hood,
desatándose la furia en todo el país, el primer ministro Winston Churchill da
la orden “Hundid al Bismarck a cualquier precio” y se desata una cacería descomunal,
los ingleses teniendo la marina más grande del mundo, envían todo lo que tienen
a su disposición; salen 13 cruceros, 6 acorazados, 2 portaaviones numerosos
destructores, submarinos y aviones de vigilancia a buscar al Bismarck ya para
entonces maniobrando el solo en el Atlántico tratando de despistar a dos
cruceros el Suffolk y el Norfolk que les seguían el rastro por radar a buena
distancia de sus peligrosos cañones, tratando de escabullirse al puerto frances
de Saint-Nazarie para las reparaciones de los daños infligidos y poderse
resguardarse bajo las alas protectoras de la Aviación alemana, la Luftwaffe.
Llegaban a la tripulación del Bismarck incesantes rumores,
que habían mandado submarinos a resguardarlos, que la Luftwaffe estaba pronta a
protegerlos en cuanto se acercaran a sus límites de acción, sin embargo con los
ojos acuciosos no dejaban de escudriñar el horizonte en busca de barcos
enemigos, viviendo la ansiedad y zozobra de aquellos que se saben perseguidos.
Continuará...
TebySS
Como te dije, me gustó que hablaras sobre esa maravilla del ingenio germánico, una barbaridad andante en los mares, con su respectivo equivalente del siglo XIX de las embarcaciones del imperio inglés (cuando estaba en su máximo esplendor), que se decía estaban hechas con bosques enteros.
ResponderEliminarAunque sé cómo termina la historia espero leer en tu estilo el desenlace.
Con tu comentario me vino a la mente inmediatamente la batalla de Trafalgar, luego comentamos sobre esta.
ResponderEliminarSaludos Milo.
Buenisimo Teby, y gracias a que Hitler enloquece, sino, hablaríamos mas alemán que ingles,,,Sin el Genio e ingenio Alemán y las guerras lamentablemente, no tendríamos minimo la propulsión a chorro,,y uuuuuuuu, que seguramente nos redescubrirás,,,Espero la 2da parte,,,,
ResponderEliminarGracias Enrique, el martes que viene sale la 2a. parte,
Eliminarsaludos.
Buenísimo Teby! Abrazote
ResponderEliminarGracias, saludos.
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