Historias de la segunda guerra mundial.
La angustiosa espera.
La angustiosa espera.
Mientras en el Bismarck las celebraciones de la tripulación
estaban en todo su apogeo, el hundimiento del Hood les confirmaba la supremacía
aria en la que habían crecido casi todos, miembros de las juventudes
hitlerianas, era el dogma en el que habían nacido, para ellos el recuerdo
anterior a Hitler era algo muy vago. El Almirante Lütjens los volvía a arengar
con sus discursos, los sieg heil! atronaban en todo el barco, sin embargo
parecía deprimido y distante, sabía que el hundimiento del buque insignia Inglés
sería vengado, no se iba a quedar así, la marina real iba a tratar de hundirlo
a toda costa.
Del portaaviones Victorius salen 9 aviones torpederos y a
las 11:38 p.m. hacen contacto visual con el Bismarck, de este todas las
baterías entran en acción, incluso las de 150 y 380 mm, no logran derribar a ningún avión. Sin saberlo
los Ingleses tenían una ventaja, el Bismarck al ser un barco equipado con los
últimos aditamentos militares de su época, estaba preparado para esperar a
modernos aviones que volaran a 242 kph, no para los lentos biplanos obsoletos
Swordfish que volaban a 136 kph, a lo cual las explosiones de las granadas del
fuego antiaéreo siempre quedaban cortas; en el torpedeo al acorazado Alemán suena
una explosión, uno lo ha alcanzado, da de lleno en el cinturón blindado y
sacude todo el barco, causando la primera muerte, seis heridos, pero ningún
problema para su debida operación.
Hubo una discusión entre Ernst Lindemann (comandante de la
nave desde 1939) que le interesaba más la vida en la marina que la política y
Lütjens (líder de la misión). Fuertes gritos salían de las puertas donde acaloradamente
peleaban, Lütjens quería seguir navegando en al Atlántico para poder seguir con
la misión encomendada y Lindemann abogaba por regresar hacia Noruega cuanto
antes, como superior la orden del Almirante Lütjens fue la que persistió. Llegado
el 25 de mayo a las 4 a.m. la marina británica les pierde el rastro en el radar
por la gran distancia ya existente entre ellos. En el Bismarck, creían que sí
los tenían localizados, porque podían recibir el sonido del radar, no sabían
que el rebote ya no alcanzaba a llegar al Suffolk, que junto al Norfolk
navegaban en zigzag para evitar posibles ataques de submarinos alemanes.
El barco perseguido hizo una maniobra estelar, al navegar
sus perseguidores en zigzag quedaban retrasados respecto a ellos, el barco de
repente da un violento giro a estribor, posteriormente gira ampliamente a 360º
despistando y perdiendo por completo a los navíos que lo seguían con el radar,
estos asumen que cambio rumbo hacia el oeste y lo pierden. Ya libre de sus
perseguidores Lütjens comete un error garrafal, al pensar que todavía los
tenían localizados en el radar, a las 7 a.m. envía un radio comunicado a
Alemania, regalándoles de un modo funesto a los británicos su posición. El
Almirante Tobey, líder de toda la operación de caza al Bismarck, también comete
otro error, este bastante básico, llega a la conclusión de que el acorazado
navega hacia el norte, cuando en realidad navegaba hacia el sur, vuelve a
perder el rastro de este. Lütjens ya solo estaba a 18 horas de navegación, de
encontrar el apoyo aéreo de la Luftwaffe estacionada en Francia.
El 26 de mayo a las 3:00 a.m. un hidroavión Catalina que
despega desde Lough Erne en Irlanda del Norte, divisa el Bismarck a las 10:31
a.m., cuando Tobey cambia el rumbo del King George V y enfila proa rumbo al
sur, a marchas forzadas, distante 220 km., ya sabía que era imposible alcanzarlo.
El crucero inglés Renown era el mejor situado para presentar
batalla, pero para evitar que se repitiese lo del Hood, no se le permite
acercarse a él solo.
La última esperanza del Almirante Tobey era una escuadra que
salía del mar mediterráneo, la fuerza “H” comandada por el vicealmirante Sir
James F. Somerville. Solo ellos podían ahora interceptar al escurridizo
acorazado; del portaaviones “Ark Royal” salen a las 11:15 a.m. dos aviones
Swordfish que vuelven a localizarlo. A las
2:50 p.m., sale un escuadrón de aviones torpederos Swordfish, para tratar de
ralentizar su velocidad o de plano si fuese mucho pedir detenerlo, volando una
hora entre el cielo nublado y el cansancio, se equivocan y atacan al HMS Sheffield
confundiéndolo con el Bismarck, por fortuna no explotan los 11 torpedos que le
son lanzados, estaban defectuosas las nuevas y modernas espoletas magnéticas.
El Bismarck estaba
ahora a solo 4 horas de las costas francesas, están perdiendo la ocasión de
hundirlo. El submarino Alemán U-556 ya
había llegado cerca del Acorazado Ingles King George V, pero no pudo atacarlo
porque ya no tenían ningún torpedo a bordo, tuvieron que ser testigos
silenciosos del drama que se avecinaba.
El tiempo empeoraba, pero era urgente por lo menos
ralentizar la marcha del barco perseguido, si llegaba a costas francesas
estaría salvado. Tobey ordena otro desesperado ataque aéreo a las 7:10 p.m. ,
15 aviones torpederos Swordfish salen del Ark Royal hacia el Bismarck con los
cielos totalmente cargados de nubarrones, cuando es localizado lanzan los torpedos, solo dos consiguen dar en
el blanco, uno pega en el cinturón
principal del blindaje sin causar daños de consideración, solo un torpedo da en
donde está el mecanismo de dirección del barco, el timón que en esos momentos
giraba, maniobrando a 12º hacia babor, queda atascado en esta posición ya solo
pudiendo navegar en círculos, a las 9:05 p.m. el Bismarck queda muerto en el
mar, a unas cuantas horas de alcanzar la Francia ocupada. Se desata una
frenética actividad dentro del barco herido, paran las hélices para que baje un
buzo a revisar el daño, prometen la cruz de Hierro a quien logre desatascar los
timones, nada, todo es en vano, la explosión había trabado el mecanismo interno, intentan solo con las
hélices gobernar el barco pero es inútil, da bandazos en desesperantes
espirales. Lütjens deja escapar la
última posibilidad de salir bien librado, algunos tripulantes le sugieren que vuelen con
explosivos los timones pero este se niega, era su última esperanza y la desecha por miedo a dañar de más la nave.
A las 9:45 p.m. el almirante Lütjens envía un mensaje radiofónico: "Buque incapaz de gobernar. Lucharemos hasta la última granada. Larga vida al Führer". La tripulación queda en un estado de desánimo generalizado, es la espera de los condenados a muerte en el pabellón, sin poder salir de este.
A las 9:45 p.m. el almirante Lütjens envía un mensaje radiofónico: "Buque incapaz de gobernar. Lucharemos hasta la última granada. Larga vida al Führer". La tripulación queda en un estado de desánimo generalizado, es la espera de los condenados a muerte en el pabellón, sin poder salir de este.
Dan la orden de abrir las bodegas, pueden tomar lo que sea,
ya saben el destino que les espera nada más amanezca, los que pueden tratan de
emborracharse a toda costa, para fugase del atroz infierno que les espera, una
muerte espantosa.
Para evitar el fuego amigo la Royal Navy espera al amanecer
del 27 de mayo, aparecen en el horizonte a 23 km de distancia, los dos acorazados
campeones de la Armada Británica, el King George V con cañones de 360 mm. y el
Rodney con cañones de 410 mm. Se intenta mandar por aeroplano el diario de
guerra pero no pueden hacer funcionar la catapulta,
En el Bismarck es declarado el zafarrancho de combate a las
8:30 a.m., media hora después los acorazados ingleses empiezan a cañonearlo
sistemáticamente a una distancia de 20 km., acortando cada vez más la
separación, disparan con todas las torres, el Norfolk y el Dorsetshire se unen
al cañoneo, en el barco Alemán, es inutilizado por varios proyectiles la dirección
de tiro de la cofa, también es alcanzado el mando director de tiro matando a todos
sus ocupantes, entre ellos incluidos el Almirante Lütjens y el capitán
Lindemann, es deshabilitada toda la ventaja del mando de tiro por instrumentos.
Empieza entonces el Bismarck a disparar en modo manual, todavía es regresada
andanada por andanada, es de cuidado porque los cañones vomitan a una cadencia
de tres disparos por minuto 800 kg. de explosivos, superior a los británicos que solo pueden disparar
cada uno a una cadencia de 2 disparos por minuto, pero a estas alturas la
puntería es loca. Un mismo proyectil explota dentro de un cañón de la torre
denominada “Dora” inutilizándola, a las 9:27 a.m. es disparado el último
proyectil de las torres “Anton” y “Bruno”, a las 9:31 a.m. es silenciada la
torre “Cesar”, todo su armamento principal esta neutralizado.
Entonces los acorazados ingleses empiezan a recortar la
distancia de tiro a 4 km. y 2.5 km., al estar tan cerca los proyectiles
supersónicos de casi una tonelada de explosivos ya no describen la necesaria
parábola de cuando se dispara a distancias mayores, lo cual tiene como objetivo
penetrar la cubierta, pero como casi el disparo ahora es al ras del mar en
línea recta, solo consiguen torturar al buque, mas no dañarlo por su grueso
blindaje que resiste, transcurren 90 minutos de feroz cañoneo y el Bismarck se niega a hundirse,
nunca en la historia marítima ningún barco de ninguna armada ha resistido
tantos disparos.
El agua lenta pero inexorablemente iba inundando las 5
sucesivas planchas de los compartimentos estancos, los marineros que estaban
hasta el fondo veían como el agua les llegaba a los pies, después a la cintura,
al pecho, quedaron atrapados al estar sellados para el combate, solo los que estaban unas
cubiertas más arriba lograron llegar a las escaleras que llevaban a la
cubierta, pero de esta huían los marineros que buscaban protegerse de la
masacre que se estaba llevando a cabo arriba, toda la cubierta estaba teñida
con la sangre derramada, por todos lados habían piernas , brazos, troncos,
intestinos y sesos regados. Se entablo una batalla encarnizada por la supervivencia entre
los que querían subir y los que querían bajar.
A las 10:20 a.m. el Dorsetshire lanzó dos torpedos a 3,000 mts.
de distancia contra la banda de estribor, haciendo blanco, a las 10:36 a.m.,
lanzó otro más desde 2,200 mts. contra la banda de babor que también estallan.
El Bismarck escora a babor y se hunde por popa. Finalmente se hundió a las 10:39
a.m., al mismo tiempo Junack oficial jefe de ingeniería da la orden por
mensajero a la sala de máquinas colocar cargas explosivas e inundar los
compartimentos estancos, el mensajero nunca regresó, por lo que Junack preparó
las cargas y ordenó a la tripulación abandonar la nave, escucharon las
detonaciones mientras subían a la cubierta. Se iniciaría un debate que duraría más
de 5 décadas en solucionarse, ¿quién hundió al Bismarck?, los ingleses alegaban
que claramente ellos habían sido por sus 2,876 proyectiles de grueso calibre
disparados por ellos, los alemanes afirmaban que ellos habían tenido en sus
manos el último aliento de vida del Bismarck al colocarle explosivos y detonándolos,
queriendo tener en sus manos el fatal desenlace.
Quedaron en el mar unos 400 tripulantes (algunas fuentes dicen que fueron alrededor de 800), solo 115 sobrevivieron, los demás se ahogaron porque al estar rescatándolos a las embarcaciones inglesas, llega la noticia de que submarinos alemanes se acercaban, abandonándolos a su suerte.
Quedaron en el mar unos 400 tripulantes (algunas fuentes dicen que fueron alrededor de 800), solo 115 sobrevivieron, los demás se ahogaron porque al estar rescatándolos a las embarcaciones inglesas, llega la noticia de que submarinos alemanes se acercaban, abandonándolos a su suerte.
Desde el hundimiento del Bismarck, con los antecedentes de
que habían encontrado al Titanic, salen varias expediciones submarinas a buscar los restos
pero fracasan, es encontrado por Robert Ballard el 8 de junio de 1989, confirmándose
que el casco se encontraba intacto, las torres de artillería pesada ya no se encontraban en su lugar, se salieron de sus monturas al volcarse el barco pues estaban solo en su lugar original por gravedad. Los agujeros encontrados estaban por encima
de la línea de flotación y en la cubierta, nada comprometedor para la navegación, lo más seguro era lo que habían
dicho los testigos, se habían colocado cargas explosivas dentro del buque para echarlo a
pique; todo el fondo del buque se encuentra sumergido dentro del sedimento marino,cayó en las laderas de un volcán y se deslizo por algunos kilómetros.
Otras expediciones más, incluida la de James Cameron en el 2001 confirman lo anterior; se pudo constatar la legendaria avería del timón.
Otras expediciones más, incluida la de James Cameron en el 2001 confirman lo anterior; se pudo constatar la legendaria avería del timón.
El día de hoy el
pecio del Bismarck es considerado una tumba de guerra por el gobierno Alemán.
@Tebysass
1 marzo del 2013.
Gracias teby; ya nos urgía la 2da parte, si bien esta documentado históricamente los detalles y la narrativa, nos transportan al terrible suceso, Espero tu siguiente colaboración,,,Saludos.
ResponderEliminarGracias Enrique por tus comentarios.
ResponderEliminarMagnífica conclusión del relato con magnífico narrador.
ResponderEliminarTanto material que hay para contar… igual quieras un dia tratar el del agua pesada o los tanques alternativos de Hitler.
Claro que tomaré en cuenta las sugerencias, saludos.
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